Mes de la Audición

Mes de la Audición

Mes de la audición

El 3 de marzo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición, una fecha instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el propósito de sensibilizar a la población, a los gobiernos y a los profesionales de la salud acerca de la importancia de preservar la función auditiva a lo largo de la vida. Más allá de su valor simbólico, esta jornada constituye un llamado urgente a la acción frente a un problema de salud pública de dimensiones crecientes: la pérdida auditiva y las enfermedades del oído.

La audición es un sentido esencial para la comunicación humana y el desarrollo cognitivo, social y emocional. Su adecuado funcionamiento posibilita la adquisición del lenguaje, la integración escolar y laboral, así como la participación plena en la vida comunitaria. Cuando se afecta, las consecuencias trascienden lo meramente sensorial, generando impactos profundos en la salud mental, la productividad económica y la calidad de vida de millones de personas. De acuerdo con la OMS, más de 1.500 millones de individuos en el mundo viven actualmente con algún grado de pérdida auditiva, y al menos 430 millones requieren servicios de rehabilitación auditiva para llevar una vida funcional e integrada en la sociedad .

La magnitud del problema es aún más preocupante cuando se consideran las proyecciones a futuro. Se estima que para el año 2050, cerca de 2.500 millones de personas presentarán algún grado de hipoacusia, y de ellas 700 millones necesitarán intervenciones clínicas o tecnológicas de rehabilitación . Esta realidad no solo implica un reto en términos de salud individual, sino también un desafío económico y social: la pérdida auditiva no atendida genera costos que superan el billón de dólares internacionales al año, debido a la reducción en la productividad, las limitaciones educativas y la exclusión laboral.

La mayoría de los casos de pérdida auditiva pueden prevenirse o tratarse

Mediante intervenciones costo-efectivas. Estrategias como la vacunación contra enfermedades prevenibles, la reducción de la exposición al ruido en entornos laborales y recreativos, la detección temprana mediante tamizajes auditivos, y el acceso oportuno a audífonos, implantes cocleares y terapias de rehabilitación constituyen herramientas altamente eficaces para mitigar este problema. De hecho, la OMS ha demostrado que por cada dólar invertido en cuidado del oído y la audición, los países pueden obtener un retorno de hasta 16 dólares, gracias al aumento en productividad y bienestar social .

No obstante, la implementación de estas medidas se enfrenta a múltiples obstáculos. Entre ellos destacan: la escasez de profesionales especializados (en algunos países existe menos de un audiólogo por cada millón de habitantes), las brechas económicas que limitan el acceso a tecnologías auditivas, la falta de integración del cuidado auditivo en los sistemas nacionales de salud, y la persistencia de actitudes estigmatizantes hacia el uso de dispositivos como los audífonos . Estas barreras explican que, a nivel global, solo el 17% de las personas que podrían beneficiarse de un audífono lo utilizan realmente, lo que deja a millones sin acceso a soluciones que cambiarían radicalmente su calidad de vida.

El Día Internacional del Cuidado del Oído y la Audición

Ofrece entonces una oportunidad estratégica para visibilizar la magnitud del problema, difundir información científica actualizada, y promover acciones colectivas orientadas a la prevención y rehabilitación. En este contexto, el presente artículo tiene como finalidad ofrecer una revisión crítica y fundamentada de la evidencia científica sobre la pérdida auditiva, basándose en los datos más recientes de la OMS y otras fuentes académicas. A lo largo de este análisis se abordarán aspectos clave como la epidemiología de la hipoacusia, los factores etiológicos y fisiopatológicos, el impacto cognitivo y social, las estrategias de prevención, los avances tecnológicos disponibles y los desafíos para garantizar un acceso equitativo a los servicios auditivos.

La intención no es solo describir el estado actual del problema, sino también destacar las oportunidades que ofrece la integración del cuidado del oído y la audición dentro de la cobertura sanitaria universal, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. En este sentido, el artículo busca responder a la necesidad de una visión global y, al mismo tiempo, contextualizada para Colombia y América Latina, donde persisten importantes desigualdades en el acceso a servicios especializados.

Finalmente, este documento pretende consolidar un mensaje central: la audición es un derecho humano fundamental y su cuidado debe ser considerado una prioridad de salud pública. Al reconocer su valor transversal para la comunicación, la educación, la inclusión social y la productividad, se hace evidente que invertir en salud auditiva es invertir en el bienestar colectivo y en el desarrollo sostenible de las naciones.

2. Epidemiología y Carga Global de la Pérdida Auditiva

2.1 Magnitud del problema

La pérdida auditiva es hoy una de las condiciones de salud más prevalentes en el mundo y su impacto va en aumento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 1.500 millones de personas conviven actualmente con algún grado de déficit auditivo, lo que equivale a casi una de cada cinco personas en el planeta . De este grupo, aproximadamente 430 millones presentan una pérdida auditiva de moderada a profunda en el mejor oído, lo que requiere intervenciones clínicas o tecnológicas de rehabilitación .

La tendencia proyectada es aún más alarmante: para el año 2050, se espera que cerca de 2.500 millones de individuos tengan algún grado de pérdida auditiva, de los cuales 700 millones necesitarán servicios de atención especializados . Esto implica que uno de cada cuatro habitantes del mundo vivirá con una limitación auditiva significativa.

2.2 Distribución regional

La prevalencia de la pérdida auditiva no es homogénea, y refleja desigualdades estructurales:

  • Región de Asia-Pacífico: concentra el mayor número de casos, con más de 130 millones de personas que requieren atención especializada .

  • Asia Meridional: supera los 100 millones de afectados, debido a factores como alta densidad poblacional, limitaciones en servicios de salud y elevada exposición a infecciones crónicas del oído.

  • Américas y Europa: presentan cifras cercanas a los 60 millones de personas con pérdida auditiva discapacitante en cada región, con predominio en adultos mayores.

  • África Subsahariana: alrededor de 40 millones de personas requieren rehabilitación auditiva, con una carga desproporcionada en población infantil por causas prevenibles como otitis media crónica .

En todos los contextos, la combinación de factores demográficos (envejecimiento poblacional), ambientales (ruido urbano e industrial) y sociales (acceso desigual a la atención) explica el incremento sostenido de casos.

2.3 Distribución por edad y ciclo de vida

La pérdida auditiva afecta a individuos de todas las edades, aunque su prevalencia y consecuencias varían:

  • Infancia y adolescencia: la OMS estima que casi el 60% de las pérdidas auditivas en niños se deben a causas prevenibles, como infecciones del oído medio, meningitis, rubéola congénita o exposición a fármacos ototóxicos . La falta de detección temprana compromete el desarrollo del lenguaje, el rendimiento escolar y la integración social.

  • Adultos jóvenes: más de 1000 millones de personas entre 12 y 35 años están en riesgo de pérdida auditiva por prácticas auditivas inseguras, como el uso prolongado de auriculares a volúmenes elevados o la asistencia frecuente a espacios con música amplificada .

  • Adultos mayores: la presbiacusia o pérdida auditiva asociada a la edad es la forma más común de hipoacusia, y se estima que afecta a más del 25% de las personas mayores de 60 años. Su impacto es particularmente crítico, ya que se asocia con deterioro cognitivo, depresión y aislamiento social.

2.4 Impacto económico y social

La pérdida auditiva no tratada tiene consecuencias económicas sustanciales. Según la OMS, se pierden anualmente casi 1 billón de dólares internacionales debido a los efectos combinados de la reducción en la productividad laboral, los costos adicionales en salud y la exclusión social y educativa .

Este impacto económico se distribuye en diferentes dimensiones:

  • Pérdida de ingresos individuales: las personas con hipoacusia no tratada enfrentan tasas más altas de desempleo o subempleo.

  • Costos educativos: los niños con pérdida auditiva no tratada requieren apoyos adicionales, lo que incrementa los costos de los sistemas educativos.

  • Costos en salud: el déficit auditivo se asocia a un mayor uso de servicios médicos por comorbilidades relacionadas (depresión, caídas, deterioro cognitivo).

  • Costos sociales: exclusión de actividades culturales y barreras en la comunicación, con un efecto directo en el bienestar subjetivo.

Por el contrario, la inversión en programas de cuidado del oído y la audición (COA) ha demostrado ser altamente costo-efectiva. La OMS calcula que por cada dólar invertido en salud auditiva, los países obtienen un retorno de hasta 16 dólares en productividad y calidad de vida .

2.5 Inequidades en el acceso a la atención

La prevalencia de la pérdida auditiva refleja también una marcada desigualdad en el acceso a la salud. En países de ingresos bajos y medios, los programas de cribado auditivo son limitados, y la mayoría de los servicios de rehabilitación auditiva se concentran en centros urbanos. Estas brechas explican que, globalmente, solo el 17% de las personas que necesitan audífonos los utilicen .

Además, el déficit de profesionales es crítico: en algunos países de África, más del 90% de la población carece de acceso a un audiólogo o especialista en ORL. Incluso en regiones con mayor disponibilidad de servicios, persisten barreras culturales y estigmas sociales que limitan la adopción de tecnologías auditivas.

Factores Etiológicos y Fisiopatología de la Pérdida Auditiva

La pérdida auditiva es una condición multifactorial en la que intervienen determinantes genéticos, biológicos, ambientales y conductuales a lo largo de la vida. Comprender sus causas y los mecanismos fisiopatológicos asociados es fundamental para implementar estrategias preventivas, diagnósticas y terapéuticas eficaces.

3.1 Clasificación etiológica general

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020), los principales factores causales de la pérdida auditiva incluyen:

  • Factores congénitos y perinatales: hipoxia, ictericia severa, bajo peso al nacer, infecciones maternas, malformaciones del oído.

  • Factores genéticos: mutaciones hereditarias responsables de hipoacusias sindrómicas y no sindrómicas.

  • Enfermedades infecciosas: meningitis, sarampión, rubéola, otitis media recurrente.

  • Exposición a ruido: ocupacional (industrias, construcción) y recreativa (música a alto volumen, auriculares).

  • Fármacos y agentes ototóxicos: antibióticos aminoglucósidos, cisplatino, diuréticos de asa, salicilatos en altas dosis.

  • Factores degenerativos asociados a la edad: presbiacusia.

  • Traumatismos craneales o acústicos.

  • Enfermedades crónicas: diabetes, hipertensión, dislipidemias, que afectan la microcirculación coclear.

3.2 Factores congénitos y perinatales

La hipoacusia congénita constituye una de las causas más relevantes de pérdida auditiva en la infancia. Puede ser:

  • Genética: representa entre el 50% y el 60% de los casos. Se distinguen:

    • Hipoacusias sindrómicas (30%): asociadas a síndromes como Usher, Waardenburg, Pendred.

    • Hipoacusias no sindrómicas (70%): frecuentemente vinculadas a mutaciones en genes como GJB2 (conexina 26).

  • No genética (adquirida en periodo prenatal o perinatal):

    • Infecciones maternas (TORCH: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes).

    • Hipoxia o asfixia en el parto.

    • Ictericia neonatal severa con hiperbilirrubinemia.

    • Bajo peso al nacer (<1500 g).

La detección temprana mediante tamizaje auditivo neonatal es esencial para diagnosticar estas alteraciones y permitir la intervención temprana con audífonos o implantes cocleares, lo cual optimiza el desarrollo del lenguaje.

3.3 Enfermedades infecciosas

Las infecciones continúan siendo una de las principales causas prevenibles de hipoacusia, especialmente en países en desarrollo.

  • Otitis media crónica: afecta a más de 200 millones de personas en el mundo, y puede producir hipoacusia conductiva permanente si no se trata oportunamente.

  • Meningitis bacteriana: hasta el 30% de los sobrevivientes desarrollan pérdida auditiva neurosensorial irreversible por daño en la cóclea y el nervio auditivo.

  • Sarampión y rubéola: históricamente fueron causas frecuentes de hipoacusia congénita y adquirida, aunque su impacto ha disminuido en países con alta cobertura de vacunación.

  • Citomegalovirus congénito: es la infección viral más común asociada a hipoacusia progresiva en la infancia.

La vacunación y el tratamiento precoz de infecciones son estrategias clave para la prevención.

3.4 Exposición al ruido

La pérdida auditiva inducida por ruido (PAIR) es la segunda causa más frecuente de hipoacusia adquirida. El riesgo depende de la intensidad (dB), la duración de la exposición y la susceptibilidad individual.

  • Ruido ocupacional: trabajadores de construcción, minería, fábricas y fuerzas armadas presentan mayor riesgo.

  • Ruido recreativo: uso prolongado de auriculares, conciertos, discotecas. La OMS estima que más de 1.000 millones de jóvenes están en riesgo de hipoacusia por prácticas auditivas inseguras .

Mecanismo fisiopatológico: el ruido intenso provoca daño mecánico y metabólico en las células ciliadas externas del órgano de Corti, generando apoptosis celular, pérdida sináptica y eventual degeneración neuronal. Este daño es irreversible, pues las células ciliadas humanas no se regeneran.

3.5 Ototoxicidad farmacológica

Medicamentos para el oído
Medicamentos para el oído

Diversos medicamentos y químicos pueden producir daño en la cóclea y el vestíbulo:

  • Aminoglucósidos (gentamicina, amikacina): generan radicales libres que destruyen células ciliadas internas y externas.

  • Quimioterápicos (cisplatino, carboplatino): altamente ototóxicos, producen hipoacusia progresiva bilateral.

  • Diuréticos de asa (furosemida, ácido etacrínico): alteran el equilibrio electrolítico de la endolinfa.

  • Salicilatos y antiinflamatorios: producen tinnitus reversible en dosis altas.

El monitoreo audiológico durante tratamientos prolongados y el desarrollo de fármacos protectores (como antioxidantes) constituyen líneas de investigación activa.

3.6 Presbiacusia y envejecimiento

La presbiacusia es la pérdida auditiva progresiva asociada a la edad, con predominio en frecuencias agudas. Es multifactorial y se relaciona con:

  • Degeneración de células ciliadas y neuronas del ganglio espiral.

  • Alteraciones vasculares en la estría vascularis.

  • Factores genéticos y ambientales acumulados (ruido, fármacos, enfermedades crónicas).

Clínicamente se manifiesta por dificultad para comprender el habla en ambientes ruidosos, necesidad de aumentar el volumen de dispositivos electrónicos y quejas frecuentes de tinnitus. Es la forma más común de hipoacusia en adultos mayores y un factor de riesgo para deterioro cognitivo y demencia.

3.7 Enfermedades crónicas y factores de riesgo sistémicos

Patologías como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la dislipidemia afectan la microcirculación coclear y pueden acelerar el deterioro auditivo. Estudios recientes sugieren que el control de estas enfermedades puede retrasar la progresión de la hipoacusia.

Asimismo, el tabaquismo y el alcoholismo se han asociado a mayor riesgo de pérdida auditiva por mecanismos vasculares y tóxicos.

3.8 Traumatismos craneales y acústicos

Los traumatismos craneoencefálicos pueden dañar la cadena osicular, la cóclea o el nervio auditivo. Por otro lado, los traumatismos acústicos (exposición súbita a ruidos >120 dB, como explosiones) generan hipoacusia neurosensorial inmediata, frecuentemente irreversible.

3.9 Fisiopatología de la pérdida auditiva

La fisiopatología varía según el tipo de hipoacusia:

  • Hipoacusia conductiva: alteración en el oído externo o medio que impide la transmisión del sonido (ej. otitis media, otosclerosis, tapón de cerumen).

  • Hipoacusia neurosensorial: daño en la cóclea (células ciliadas) o el nervio auditivo. Es irreversible y la más frecuente.

  • Hipoacusia mixta: combinación de ambas.

Los mecanismos principales incluyen:

  1. Daño celular irreversible: apoptosis y necrosis de células ciliadas.

  2. Degeneración sináptica: pérdida de conexiones entre células ciliadas internas y fibras del nervio auditivo.

  3. Inflamación crónica: en otitis media persistente.

  4. Isquemia coclear: reducción del flujo sanguíneo.

  5. Neurodegeneración central: afectación de núcleos auditivos en el tronco cerebral y corteza auditiva en adultos mayores.

3.10 Resumen de factores prevenibles

Aunque existen causas inevitables (genéticas, envejecimiento), la OMS subraya que alrededor del 60% de las pérdidas auditivas infantiles y un alto porcentaje en adultos son prevenibles mediante vacunación, control del ruido, prácticas auditivas seguras, chequeos periódicos y acceso oportuno a tratamiento.

Estrategias de prevención de la pérdida auditiva y cuidado del oído y la audición

La evidencia científica muestra que más del 60% de las hipoacusias infantiles y una proporción relevante en adultos pueden evitarse con acciones sistemáticas de
prevención de la pérdida auditiva y programas de cuidado del oído y la audición.
En Audinova integramos educación, cribados y rehabilitación basados en evidencia para proteger la salud auditiva.
Si deseas una valoración, puedes agendar tu cita.

5.1 Prevención primaria: reducir la incidencia de nuevas hipoacusias

La prevención de la pérdida auditiva comienza con medidas de salud pública y hábitos personales que disminuyen la exposición a riesgos.

a) Vacunación

Patologías prevenibles como sarampión, rubéola, paperas y meningitis bacteriana son causas clásicas de pérdida de audición.
La OMS documenta su impacto y recomienda ampliar coberturas de inmunización
(OMS – Hearing loss).

b) Control del ruido

La pérdida auditiva inducida por ruido (PAIR) es la segunda causa de hipoacusia adquirida. Para la
prevención de la pérdida auditiva por ruido se aconseja limitar exposiciones >85 dB por 8 h,
usar protectores auditivos y educar en escucha segura (volumen <60% y pausas).
Guías prácticas: CDC – Hearing Loss.

c) Educación comunitaria

Evitar introducir objetos en el canal auditivo, mantener higiene adecuada del oído y reconocer signos tempranos (tinnitus,
dificultad para oír en ruido, subir el volumen) son pilares del cuidado del oído y la audición.
Refuerza estos mensajes en consultas y materiales educativos de Audinova.

d) Estilos de vida saludables

El control del tabaquismo, la hipertensión y la diabetes contribuye a la prevención de la pérdida auditiva al proteger la microcirculación coclear.

5.2 Prevención secundaria: detección temprana y diagnóstico oportuno

La detección precoz es determinante para la prevención de la pérdida auditiva evitable y la mitigación de secuelas.
Programa tus exámenes auditivos periódicos.

a) Tamizaje auditivo neonatal

La OMS recomienda EOA y/o PEATC antes del primer mes de vida para intervenir a tiempo y optimizar el desarrollo del lenguaje
(World Report on Hearing).

b) Cribado escolar

Evaluaciones periódicas identifican pérdidas adquiridas o progresivas, clave en regiones con otitis media crónica.
Esta práctica sustenta la prevención de la pérdida auditiva en edad escolar.

c) Revisión periódica en adultos

A partir de los 50 años, incluir audiometría en chequeos anuales favorece la prevención de la pérdida auditiva por presbiacusia y su
impacto cognitivo. Solicita tu valoración audiológica en Audinova.

d) Monitoreo de poblaciones de riesgo

Personas expuestas a ruido ocupacional, bajo fármacos ototóxicos o con antecedentes familiares requieren seguimiento audiológico estrecho para
prevenir pérdida de audición y actuar ante cambios iniciales.

5.3 Prevención terciaria: rehabilitación y mitigación del impacto

Cuando la hipoacusia está establecida, la prevención de la pérdida auditiva se centra en evitar deterioro adicional y recuperar funcionalidad comunicativa.

a) Acceso a tecnologías auditivas

Audífonos, implantes cocleares y prótesis de conducción ósea mejoran la comunicación y la calidad de vida.
La brecha de acceso sigue siendo alta; en Audinova priorizamos soluciones costo-efectivas basadas en evidencia.

b) Programas de rehabilitación

Entrenamiento auditivo, terapia del lenguaje y apoyo psicológico maximizan los beneficios protésicos y forman parte del
cuidado del oído y la audición centrado en la persona.

c) Inclusión social y accesibilidad

Subtitulado, intérpretes de lengua de señas y sistemas de asistencia en espacios públicos son medidas esenciales para la
prevención del impacto de la pérdida de audición en educación y empleo.

d) Apoyo a familias y cuidadores

La adherencia terapéutica mejora cuando la familia se involucra y recibe educación sobre salud auditiva y comunicación.

5.4 Políticas públicas para la prevención de la pérdida auditiva

Integrar el cuidado del oído y la audición en la cobertura sanitaria universal implica formar equipos
(audiólogos, ORL, fonoaudiólogos), vigilar la epidemiología y financiar tecnologías accesibles
(OMS – World Report on Hearing).

5.5 Coste-efectividad de la prevención

La OMS estima que cada dólar invertido en prevención de la pérdida auditiva retorna hasta 16 dólares en productividad y bienestar.
Priorizar cribados, control del ruido e inmunización reduce la carga futura de pérdida de audición.

5.6 Síntesis para pacientes y profesionales

La prevención de la pérdida auditiva es un proceso continuo: desde el embarazo hasta la vejez.
Educación, detección y rehabilitación oportuna preservan la salud auditiva y la calidad de vida.
Da el siguiente paso: revisa tus oídos en Audinova o
agenda por WhatsApp.


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